lunes, 18 de agosto de 2008

Casimiro Marco del Pont

Casimiro Marco del PontEn 1815, Marcó del Pont fue nombrado Gobernador de Chile, arribando a Valparaíso a fines del mismo año. Su carácter y forma de ser han sido ridiculizados por la generalidad de los historiadores nacionales. Siempre se ha tratado de minimizar su valor, pintándosele incluso como un militar afeminado.Los primeros autores que se abocaron a estudiar este período de la historia de Chile veían en España, y en todo lo español, la encarnación de una larga serie de elementos negativos, y de ahí que "cargaran las tintas" en contra de algunos personajes.Joaquín Edwards Bello explica esta impresión con las siguientes palabras: "A Marcó del Pont, que era un hombre fino, de los mejor educados y de excelente tronco, algo raro entonces, le dieron fama de afeminado, simplemente por su limpieza, su elegancia, y el pecado de haber traído ciertos adelantos a una ciudad cuyo estado entonces era indescriptible a causa de su atraso y suciedad. En Santiago no había vidrios, ni letrinas, ni más alumbrado que el de las velas de sebo, sostenidas en pelotas de barro que sacaban a mano de las acequias. El entretenimiento de los niños era la pedrea. Lo que ahora llamamos guate, de W.C., era el zambullo, un canco hediondo que sacaban de las casas y cantinas una vez al mes. En otras partes ponían el excusado encima de la acequia en el tercer patio. En la Plaza ocupaban todo un costado los vendedores de ojotas. Las ojotas viejas quedaban en el suelo y servían los domingos para la llamada guerra de ojotas. Con este calzado combatieron los ejércitos patriotas. A esta ciudad trajo el señor Marcó del Pont alguna escupidera, peines, cepillos, jabones finos, y algún carruaje con vidrios, todo lo cual pareció insólito. Le compararon con la Pompadour y le dieron fama de afeminado. Poco cuesta desfigurar a las personas...".

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